lunes, 24 de enero de 2011

Respuestas Ejercicio 2

El Dolor de Huesos

El bar dónde decido entrar está en Torrent de l'Olla, una calle muy céntrica de un barrio muy de todo. En realidad no entra nadie des de hace más de dos horas, lo cual me impacienta ya que vine aquí para describir al primer calvo con patillas que entrase por la puerta y aún no ha asomado la nariz ni una triste madre pija con poca actividad cerebral.

Me he sentado justo al lado de la barra, mirando a la puerta para no perder detalle de la actividad del bar. Últimamente voy muy a menudo a tomar-me el café allí, podríamos decir que me he hecho una clienta habitual. Miro al camarero y pienso que este sitio está destinado al fracaso. Me gustaría saber si los propietarios són los mismos des de hace años o si llevan una mala racha y el bar se siente triste, de traspaso en traspaso.

Pobre bar, en serio, está tan vacío que se podría morir dentro. Las paredes están llenas de fotos antiguas de futbolistas aún más antiguos, colgadas con poca gracia y con la poca vista comercial del que aún cree en el apego de las personas a los recuerdos y los sitios de toda la vida.

Me imagino que entra un hombre mayor. Viste cómo a mi me gustaría que vistiera mi novio a los 80 años. Con un sombrero negro, una abundante barba blanca i el paso ya no tan ágil, después de la última operación de cadera.

Se queda mirando al camarero mientras deja el bastón y se sienta justo delante de mí. Des de mi sitio veo su perfil y me imagino varias cosas. Primero a su mujer diciéndole que se corte los pelos de las orejas y después, si pudo escoger su trabajo, si le gustan las chuches con forma de gusano y dónde guardaba los documentos secretos sobre las acciones anarquistas del barrio durante la guerra civil. Creo que lo que le salvó, en realidad, fue la vitalidad y la alegría de su hija menor que ahora es una reconocida osteópata que le visita todos los días. Hoy han quedado para tomar un café en el bar de siempre y ella se retrasa un poco. Lo espera contento con la paciencia amplia de la gente que sabe querer.

Siempre que hablo con gente mayor me siento bien, a lo mejor es verdad y describir a un personaje me dice más de mí que de él.

Señorita


Dos


1.

Un xaval a la taula de la finestra escriu a la seva llibreta. Em posa nerviós no saber el que escriu, sembla que em miri tota l'estona però no goso demanar-li què coi vol.
Em concentro en el diari, però noto la seva mirada clavada a l'esquena. El noi beu cafè a glopets, es deu haver acabat de llevar perquè té pasta de dents a la galta. De sobte, se li dibuixa un somriure malèfic als llavis i jo caic de la cadira. La gent calla de cop, miro al voltant desconcertat, m'expolso i demano perdó al cambrer. El noi dissimula mirant per la finestra.

2.

-Bon dia i bona hora! – entrada al bar rebuda amb indiferencia.
Que em fas un café – merda! El metge m'ho té prohibit – i posa'm també...- quina porqueria de pastes - ...i una pasta.
Si continuo així avui em faig famós.
Darrera meu entra un modernillo amb el ous apretats, seu a una taula i treu boli i llibreta. On està la puta Vanguardia? La té aquella tia de la barra, no hi ha res que em molesti més que començar el dia sense el diari. El-modernillo-que-es-pensa-que-és-escriptor s'acaba de llevar, encara té pasta de dents a la galta i el molt cabró deu ser marica, ja l'he enganxat un parell de vegades mirant-me descaradament. Tot i així ella està prou bona, penso, mentre passa les pàgines del diari sense llegir.
I tot passa ràpidament.
La tia s'aixeca, m'abraono sobre La Vanguardia, i quan s'allunya cap a la porta li miro el cul. El modernillo també. I per un moment entrecreuem mirades i sento que cada paraula que escriu em dona sentit.
Señorito

TRES


Hay un bar. En esas que elijo camarero. Es apuesto, no tiene edad, debería tener más brazos pero se apaña con dos, ¿qué lo distingue? Pienso que piensa que soy un farsante, un tirillas que no alcanza ni a reclamar por su café demasiado frío. Pienso que piensa que él no debería servir cafés, lo veo imaginándose cobrizo, acostado en la arena ¡y húmedo ! De seguro que se figura con su chica, si acaso le falta, esa que le agrada tanto. Atisbo una bruma en su frente, me mira y ,de todas que se pregunta ¿Qué coño pensará ese niñato? Pienso que piensa que estoy absorto en algún rincón de mi memoria. Conjeturo que supone que pienso en una chica que me arruinó unos meses de vida, unos meses que, supongo, cree que anhelo por recobrar , aún así, no se apiada de mi. Se atusa el pelo y se me imagina en la calle, despeinado y empapado, y apuesto mi vida que en su cara veo como piensa en arremeter contra mi a pesar de conocer mis desdichas. Yo sospecho las suyas. Se que yo creo que el pretende conocerme con solo pensarme un instante. En esa hipotética visión, creo que cree que es mejor que yo.


Ferdydurke



QUATRO

Hoy me tomé un café en el metro a modo de sujeto estresado demasiado ocupado para sentarse en la barra de un bar y decir: Què hay Antonio, cómo va eso?

En Arc de Triomf ha subido alguien que olía a colacao y quise retenerle para descifrar el porqué. Pero perdí su rastro con la entrada de un grupo de universitarias que debían venir de una convención en el Sephora.

Salí en Sant Andreu y escuché una abuela mostrándole el mundo a su nieta de 5 años: “mira cariño, eso es para cuando te casas”, delante de un escaparate de lencería de barrio.

Volviendo hacia mi casa, encontré, o me encontró, un individuo que me ha quitado las ganas de volver a ver el color lila.
Lo combinaba con un estridente jersei a rallas verdes y unos morritos tipo ciruela con los que ha conseguido bostezar hasta dos veces, delante de mi asombro.
Parecía estar muy pendiente de que todo el mundo se diera cuenta de que ya no le importaba lo que se opinara de él. Tanto que daba pereza. A lo mejor soy yo y mi reciente tendencia a decirle a casi todo el mundo: oye tío, relájate, tómate un whisky con un amigo, hombre.
Intenté tranquilizarme yo un poco, por aplicarme a mi propio cuento, y me relajé tanto que me cayó la cabeza hasta poder ver los zapatos también lilas que aparecían orgullosos después del pantalón de pana verde oliva. Un “madre mía” para mis adentros fué inevitable.
Parecía que cada vez que sentía que yo le miraba, subía la cabeza, a modo de “sí, yo soy así, y qué”. Así, con su cara de tímido inconfundible.

Cuando quedaban dos paradas para bajarme, he conseguido llenarme de un “pues, oye: felicidades” hacia el susodicho, me tomé un whisky, y he dormido de un tirón.

Pandora

martes, 11 de enero de 2011

Ejercicio 2 : A "plein air"

A "plein air" o ir a tomar un café sólo y solo y describir a un personaje:

Henri de Toulouse-Lautrec - Chocolat bailando en "The Irish American Bar"

Respuestas Ejercicio 1

1. Obituario

El arte de descender

Esperanza Altamira, fallecida ipso facto para siempre. Oportuna arribista que alcanzó la cima del mundo apenas con una sonrisa y un beso bien procurado. En lo alto del mundo, en el polo boreal de la esfera, se corona la plataforma del éxito -bien sujeta para los que siguen-. En la cumbre se le ofrecen alabanzas, aplausos, enhorabuenas y , en seguida, debajo suyo, se perfila, a su pesar , otra ascendente aspirante. Debe descender. La elección balancea, ¿derecha o izquierda? Hay prisa, la aspirante asoma, y la cima, de eso trata, es demasiado estrecha. Aboga por la izquierda; la derecha le parece retorcida, los escalones dan tiempo para pensar; el borde vertical izquierdo asegura unas memorias, de seguro, breves. Impacto hueco al encuentro con el suelo.

A la memoria de otros tant@s.

Ferdydurke.


2. Balzac

Aquesta es la bola de les meves mentides, falsedats i enganys que com una pilota de neu s’ha anat fent gran fins que algú l’ha aturada. Tot ha sigut molt fàcil i ràpidament la troca s’ha anat enredant fins al punt on ara em trobo, entre l’espasa i la paret, entre l’orgull del mentider i la veritat. A una banda la meva dona i els meus fills, la feina, la meva vida en general recriminant-me totes les mentides que he dit. La paret a l’esquena , jo enmig, defensant-me de les acusacions perquè no, no em dona la gana d’assumir que m’han atrapat, un bon mentider ho és fins a les últimes conseqüències.

Un dia robo el diari del bar, l’altre em colo a la cua del Caprabo i finalment acabo estafant a hisenda i a la meva dona. Però ningú entén que dir mentides és com l’art, una bonica il·lusió que ens fa sentir bé.

Señorito

3.

Los monstruos que perdemos

Camina con dificultad y tiene las pequeñas patas desgatadas por el paso del tiempo. Hace años que dejó el estúpido hábito de correr y, con él, el de tener prisa.

Habla siempre con voz grave y, aunque muchos piensan que se debe a su adicción al tabaco, se trata de una herencia genética que su madre, cantante de cabaret, le dejó.

A veces se detiene, intentando pasar desapercibido por su aspecto rudo y opulento y recuerda cosas de su infancia. Nació con el estigma de los que no encajan en ningún lado y así sigue, después de 112 años, aunque más solo y menos ligero.

Solía tener un amigo imaginario al que invitaba a subir por su escalera y al que le encantaba transportar de un lado a otro, explicándole los accidentes geográficos que juntos conocían, sin apenas ninguna dificultad.

Ahora hemos pasado el monte de los perdidos - decía - le llaman así por su capacidad laberíntica, uno solo se sube si uno quiere que no lo encuentren jamás. Las mejores estrellas del rock han acabado aquí: Janis Joplin, Jim Morrison, Brian Jones, ya te puedes imaginar...

A menudo ponía él mismo los nombres a las cosas que le rodeaban, incluso no estando seguro de nada. Le parecía absurdo que todo el mundo se creyera las historias escritas, él no sólo podía crear las mejores mentiras, sinó que sabía verlas dónde todo el mundo percibía la verdad.

Las cosas tienes que nombrarlas tu mismo - le decía a su amigo imaginario.

Pronto pasaron los años y el globomonstruo, hijo de una cantante cabaretera, se quedó clavado en el suelo. Las patas le habían fallado ya demasiadas veces, su voz no servía más que para asustar a los peatones que paseaban moribundos por el monte de los perdidos. Se durmió por fuera y nadie sabe del cierto si queda por dentro, algun indicio de vida.

A menudo, niños y lunáticos románticos, le escriben preguntas en sus patas. Dicen que si tiene buen humor, el monstruo inventa alguna verdad para ellos.

Señorita



Quatre, dos, o unes quantes


Dia 1: pollancreda barcelona-girona.

Recordo el teu cos de les vegades que et vaig abraçar.


Dia 2: la muntanya està feta de les ruines de la Segona Guerra Mundial. Tots amb xancles i cap amunt.

Avui em toca la moral no poder-te ensenyar el que tinc.


Dia 3: el poble.

Trobo que els mitjons es desgasten molt ràpid.

lunes, 3 de enero de 2011

Ejercicio 1: Bernd y Hilla Becher

Primer ejercicio; escribamos lo que nos salga de la chorra a partir de esta imagen




De Bernd y Hilla Becher